domingo, 6 de junio de 2010

RELATO: AUNQUE YA NO NOS VEMOS


Anoche soñé contigo... otra vez... un sueño repetido.

Llegaste muy temprano, mas de lo acostumbrado... yo estaba aún preparando el café cuando te vi llegar a la sala; tenía mi blusa blanca de botones al frente, mi falda negra de vuelos cortos... mi sandalias altas, las piernas desnudas.

Cuando te vi entrar me sorprendí, no te esperaba a esa hora... te acercaste a mi y sin decirme palabra me pusiste de espaldas contra la pared y empezaste a besarme, primero los labios, con esos besos tuyos profundos que sabes que tanto me excitan... tus manos acariciaban mis piernas tratando de hacer surcos con tus dedos, me alzaste una de ellas y metiste tu mano y tus dedos en lo mojado de mi entrepierna...

Tu lengua jugaba con la mía, mezclándose tu saliva con la mía... luego sacaste tus dedos y tu mano derecha se encargó de aprisionar las mías encima de mi cabeza, sabías que me gustaba que me sometieras... con tu mano libre desabrochaste mi blusa y empezaste a besarme el pecho... llevaste uno de mis senos a tu boca, luego mordisqueabas mis pezones, uno a uno... lento pero intensamente, los mordías, los chupabas, y pasabas tu lengua caliente por ellos, tu mano me apretaba con fuerza el seno mientras mordías y jalabas con tus dientes mi pezón; sabes cuanto me gusta que me hagas eso...

Así seguiste besándome y lamiéndome los senos... bajaste con tu lengua hasta mi vientre y con tus dos manos seguías pellizcándome... yo tenía mis manos en mi cabeza, con los ojos cerrados y disfrutándote tanto... olvidada completamente del tiempo y el espacio, no tenía conciencia del lugar donde estábamos ni de si existía gente alrededor... no me importaba si nos descubrían, si se les ocurría entrar a saludarme como lo hacían todas las mañanas... lo único que alcanzaba a imaginar y sentir era tu lengua haciéndome el amor... tus dedos hurgando muy dentro de mi, en acompasado ritmo entrando y saliendo, haciéndole competencia a tu lengua... te pedía que no te detuvieras... que siguieras... que me hicieras acabar en tu boca... que me penetraras con tus dedos como si de tu pene se tratara... quería que me amaras, ahí, así, parada, sudada, jadeando y deseándote horriblemente... mi vida, lo estás haciendo tan divino... no te pares... sigue, sigue mi amor... sigue... Mmmmm... Mmmmm... me vas a hacer acabar... que divino... sigue...

Me he escuchado gimiendo... me han despertado los gemidos y los temblores de mi cuerpo... estoy nerviosa, no sé si él se dio cuenta de algo... quizá no, creo que sigue dormido... estoy sudada, excitada, mojada y rabiosa... quiero volver a dormirme y seguir ahí, contigo... haciendo el amor en sueños, como quisiera poder hacértelo cuando te vea...

EL RINCON EROTICO

Somos, los que somos para hacer el amor

Cuando estoy en tu cama
esperando por ti,
para que seamos uno,
el deseo se vuelve mas intenso,
pero llega el momento,
en que abro mi ser para que entres,
para que me hagas tu mujer,
y el ser que mas te satisfaga en todo.

Y me fascina morir
de deseo entre tus brazos,
fundirme con tu calor,
con tu cuerpo,
con tu movimiento,
amarte hasta nunca cansarme.

Amarte una y otra vez es
como tocar el cielo
sin ningún esfuerzo
por que tú eres mío
y tu cuerpo mi único refugio de amor,
de alcance total a lo "delicioso".


Eróticos recuerdos

Aun recuerdo cuando tus dedos,
impacientes, jugaban con los botones de mi pecho,
provocando un estallido
de humedad en ese lugar calido
y ardiente de mi intimidad.

Y cuando las palomas de tus manos
inquietas descendían al jardín del deseo,
buscando tu boca beber la miel
de ese pequeño océano
donde se perdían tus labios
y tu lengua inquieta hasta ahogar la fuerza de tu interior,
naufragando en oleadas de placer
y gemidos de pasión,
muriendo poco a poco,
piel a piel, en el eterno abrazo del amor.


Esta noche...

Esta noche fue buena, amor...

Porque pude palpar tu esencia y
Pude entrar sin miedo al túnel
De la utópica promesa del amor,
Porque hoy, fuiste libro abierto,
En donde escribí, te amo,
Pero también escribí mi pasión.

Esta noche fue especial, amor...

Porque con mi ternura y una gran dosis de ilusión,
Con cada beso, fui deshojando tus tristezas
Y recogiendo tus anhelos,

Esta noche fue hermosa amor...

Porque fuimos más allá de la rutina,
Y tuve tus cálidas sonrisas,
Porque hoy reconocí tus manos,
En mi pecho, en mi cintura como olas ávidas,
De llegar a la playa que las esperaban...

Esta noche fue bella, especial, inolvidable, única...

Aunque no me bastara besarte hasta perder la cuenta,
Ni con sentirte impregnado en mi piel.
Porque además me dijiste algo que no olvidaré jamás,
Y que le dio alas a mi corazón enamorado y loco,
Que se permitió seguir labrando su fantasía,
De que tu me amaras, igual que yo, algún día;
Pues hoy dijiste amor, te quiero un poco.


Adivina quien soy

Eres pequeño, pero te doy besitos para que te emociones,
y te pones bravo y te creces...

Y después quieres entrar a mi casita que tiene el piso mojado por que arreglé para que entraras,
pero como niño grosero, entras y sales de mi casita mojada,
trato de cerrar mis puertas apretándote un poco mientras entras y sales.
Y como que te da mareo y te vomitas , y creo que descansas y sales de mi casita mojada satisfecho y con mareo....

Pero a mi me gusta que me visites por que eres el único que entra a mi casita mojada.


Te imagino

Te imagino impaciente
Por tenerme a tu lado
Por adular mi sonrisa
Por saborear mis labios.

Te construyo para mi
Y te observo cuando deseo
Hundes en mi tu mirada
Clavas en mi tu sexo.

Clavas en mi tu amor
Agua pura, río fresco
Que baña mi suave piel
Que humecta mi cuerpo entero.

Te imagino indagando
Entre cada lunar que tengo
Y sin preguntar nombrando
Para ti el más perfecto.

Te percibo de repente
Como las hojas al viento
Suavemente soltando
El nudo de mi cabello.

Aprendo de tus locuras
Como si fuera un juego
Y vas a ciegas buscando
El amor que yo te entrego.

Y te veo inmaculado
Sumergido en pensamientos
Que están tan llenos de mí
Como tus propios sueños.

Así te he imaginado
Porque así es como te quiero
El día que te hallé
Yo seré tú
De la forma en que te pienso.


Yo no puedo olvidar

Yo no olvido tan fácil las cosas,
aún recuerdo tu aliento sobre mi piel,
aún siento tus caricias,
de la cabeza a los pies.

No puedo olvidar tus besos,
que me devoran sin parar,
en mi cama sólo queda tu olor,
y en mis labios tu sabor.

Extraño tu cuerpo sobre el mío,
cuando juntos se volvían uno mismo,
Extraño tus manos,
recorriendo mi cuerpo palmo a palmo.

Yo no puedo olvidarlo,
como tú ya lo haz hecho,
y cómo puedo olvidarlo,
si en mi oído, aun siento tu aliento.


Me encanta amarte

Me encanta amarte
Me encanta besarte
Me encanta tocarte
Me encanta todo lo que sea de ti.

Acariciar tu rostro
Besar tu rostro
Acariciar tu cuerpo
Besar tu cuerpo.

Sentir como me amas
Sentir como me besas
Sentir como me tocas
Sentir todo lo que sea de ti.

Acaricias mi rostro
Besas mi rostro
Acaricias mi cuerpo
Besas mi cuerpo.

Siento tus cálidas manos
Rozando todo mi cuerpo
Desde mi cabello
Pasan por mi rostro
Por mi cuello
Por mi pecho...

Te detienes, me observas
Mas no dejas de acariciarme
Provocándome aun más.

Me besas con mucha pasión
Y tus manos siguen recorriendo mi cuerpo
Recorren el abdomen
Pasan por el ombligo
El vientre...
Provocándome aun mas
Las piernas, todas mis piernas
Mis pies
Y los dedos
Y me provocas
Y sigues recorriendo mi cuerpo
Y a su vez besándolo.

Las piernas las besas
La entrepierna la besas
Y me sientes provocada...
Emocionada...
Tus manos por mi espalda
Vuelven a bajar hasta mis piernas
Recorriéndolas
Pasando por la entrepierna emocionándome mas
Y yo lo único que quiero es sentir tu cuerpo...
Sobre el mío, sentir como sudamos juntos, sentir tu amor...
Sentir como estás dentro de mí
Como nosotros dos somos uno.

POEMAS CORTOS

"Loca" (Jaime Gil de Biedma).

La noche, que es siempre ambigua,
te enfurece, color de ginebra mala,
son tus ojos unas bichas.
Yo sé que vas a romper en insultos
y en lágrimas histéricas.
En la cama, luego,
te calmaré con besos que me da pena dártelos.
Y al dormir te apretarás contra mí como una perra enferma.


"Un momento estoy solo..." (Tomás Segovia)

Un momento estoy solo:
tú allá abajo te ajetreas en torno de mi cosa,
delicada y voraz, dulce y fogosa,
embebida en tu trémulo trabajo.
Toda fervor y beso y agasajo
toda salivas suaves y jugosa calentura carnal,
abres la rosa de los vientos de vértigo en que viajo.
Mas la brecha entre el goce y la demencia,
a medida que apuras la cadencia,
intolerablemente me disloca,
y al fin me rompe, y soy ya puro embate,
y un yo sin mí ya tuyo a ciegas late
gestándose la noche de tu boca.


"Tu cuerpo es resbaladizo" (Ilhan Berk).

Tu cuerpo es resbaladizo amor mío
es como hierbas alargadas, alocadas.
De noche toqué tu carne desnuda
mi lengua deambulé por todas tus partes.
De este modo iba y venía por el nudo de tu boca
me incliné después en la hondura de tu vello
tu voz de alcohol, tu boca enorme,
tus pestañas en la noche cayeron sin cesar en mis papeles.


"Encuentros" de "Pasajeros del viento" (María Clara González).

Si la vida nos regala otro encuentro
te dejaré ser tú
seré sencillamente yo.
Escucharé la melodía de tu música
y la mía cuando se unan.


Fragmento de "Mercier and Camier" (Samuel Beckett).

-Si no tenemos nada que decir, dijo Camier, no digamos nada.
-Tenemos cosas que decir, dijo Mercier.
-Entonces, ¿por qué no podemos decirlas?, dijo Camier.
-No podemos, dijo Mercier. -Entonces callemos, dijo Camier.
-Pero ya lo intentamos, dijo Mercier.


"Intimidad" (Orietta Lozano).

La noche vuelve secreta a tantear mi cuerpo,
me penetra lenta y suave.
Me abro, como una flor nocturna.


"Mecánica de los cuerpos" (Pedro Shimose).

Acaricio tus formas suaves como dunas que no hay.

Beso tus pezones enhiestos y rosados como un amanecer.
Tu cuerpo, emblema crepitante;
mi alma tiembla al puro estado de belleza.
Tus ojos. Reposa en ti el impulso de una corriente azul.
Desciende a mi tu voz.
La armonía conquista los espacios del tiempo inasequible.


"Por allí, hondo, una humedad ardiente..." (Rafael Alberti).

Por allí, hondo, una humedad ardiente;
blando, un calor oscuro el que allí hervía;
sofocado anhelar el que se hundía,
doblándose y muriendo largamente.
Labios en labios que no ataca diente;
Lengua en garganta que se corta, umbría;
Áspero alrededor, fiera porfía.
Por morder lo imposible de la fuente.
Fiera porfía, ya que ni a la hembra Más hembra
ni al varón más varón dieron Otra cumbre
que ser sembrado y siembra.
Pues lo demás, ¡oh cuerpos desvelados!,
Son fulgores que al alba se perdieron
En un súbito arder, desesperados.


"He pasado toda la noche sin dormir" (Fernando Pessoa).

He pasado toda la noche sin dormir,
viendo, sin espacio tu figura.
Y viéndola siempre de maneras diferentes
de como ella me parece.
Hago pensamientos con el recuerdo
de lo que es ella cuando me habla,
y en cada pensamiento cambia ella
de acuerdo con su semejanza.
Amar es pensar.
Y yo casi me olvido de sentir
sólo pensando en ella.
No sé bien lo que quiero, incluso de ella,
y no pienso más que en ella.
Tengo una gran distracción animada.
Cuando deseo encontrarla casi prefiero no encontrarla,
Para no tener que dejarla luego.
No sé bien lo que quiero, ni quiero saber lo que quiero.
Quiero tan solo Pensar en ella.
Nada le pido a nadie, ni a ella, sino pensar.


"El origen del mundo", de "Metales pesados" (Carlos Marzal).

No se trata tan sólo de una herida
que supura deseo y que sosiega
a aquellos que la lamen reverentes,
o a los estremecidos que la tocan
sin estremecimiento religioso,
como una prospección de su costumbre,
como una cotidiana tarea conyugal:
o a los que se derrumban, consumidos,
en su concavidad incandescente,
después de haber saciado el hambre de la bestia,
que exige su ración de carne cruda.
No consiste tan sólo en ese triángulo
de pincelada negra entre los muslos,
contra un fondo de tibia blancura que se ofrece.
No es tan fácil tratar de reducirlo
al único argumento que se esconde detrás
de los trabajos amorosos y de las efusiones de la literatura.
El cuerpo no supone un artefacto
de simple ingeniería corporal;
también es la tarea del espíritu
que se despliega sabio sobre el tiempo.
El arca que contiene, memoriosa,
la alquimia milenaria de la especie.
Así que los esclavos del deseo,
aunque no lo sospechen,
cuando lamen la herida más antigua,
cuando palpan la rosa cicatriz de brillo acuático,
o cuando se disuelven dentro de la hendidura,
vuelven a pronunciar un sortilegio, un conjuro ancestral.
Nos dirigimos sonámbulos con rumbo hacia la noche,
viajamos otra vez a la semilla,
para observar radiantes
cómo crece la flor de carne abierta.
La pretérita flor.
Húmeda flor atávica.
El origen del mundo.


Morboso” (Luis Antonio de Villena).

Los ojos eran extremadamente hermosos.
Los labios de una carne muy dulce.
No era, en fin,
tan joven como su belleza.
Gemía, se turbaba,
descendía a los sótanos más húmedos del cuerpo,
usaba su saliva como miel,
simulaba trances de pequeña muerte,
indudablemente efímeros y ciertos. ..
Algo en él era terriblemente delicado,
algo semejaba un perfume
muy oscuro de jazmines enfermos.
Era la suavidad de un lecho de agua,
la escurridiza obsesión de las ojeras,
la blanca piel, suntuosamente condenada.
La sexualidad más sórdida se le volvía azul.
Era el fin del mundo en filo de primavera.
Sabes que no era amor, ni amistad;
sólo un placer que se mira en espejos de noche.
Únicamente esperaba deshacer
tu sensualidad en sus muslos.
Cada amanecer deseaba el horror del amor romántico.
Como húmeda flora,
putrefacción, y hermosura.
Luz lunar en un valle de caricias.
Era la belleza extremadamente turbia.
Su sexo descansaba, magnífico, como un león satisfecho...