miércoles, 28 de julio de 2010

Sexo en la calle, ¿te atreves o te da pena?


Unos prefieren ser discretos, incluso inhiben su libido; otros, gustan más de darle rienda suelta a sus deseos sin importar cuánto público esté presente.

Es muy común verlos, subes a un vagón del metro y ahí están, no les importa la gente a su alrededor, ellos comienzan por un beso y, en ocasiones, terminan casi sin ropa. Estamos hablando de las parejas que gustan tener sexo en sitios públicos. Por otro lado, están aquellas en las que uno de los dos son más fríos que un témpano de hielo y ni de la mano toman a su novio o novia en cuestión. Abundemos más en ambos casos.

La excitación puede venir en cualquier momento, en un autobús, en una cabina telefónica, en un parque, en el metro. El sitio educasexo.com señala que las personas que disfrutan de sostener encuentros eróticos en sitios públicos tiene que ver con los niveles de excitación, es decir, a ellos no les mueven las relaciones per se, sino la amenaza de ser descubiertos, de hacer algo "prohibido".

Este tipo de práctica es conocida com dogging y los tipos de personas que más se arriesgan a llevarla a cabo, son las que se consideran osados; generalmente se comportan así, por que necesitan sentirse validadas a través de ese tipo de actos, además de percibir un constante desahogo al disfrutar su libertad sexual, señala el sito fmbolivia.net

Por otro lado, están las personas que siente pena de manifestar algún tipo de expresión cariñosa a su pareja, estando en la calle. Lo anterior lo explica aperturas.org como la presencia de la vergüenza sexual, un sentimiento de inferioridad, que hace sentir a las personas vulnerables ante cualquier rechazo no sólo de su pareja, sino de la sociedad en general.

La vergüenza y la sexualidad están muy ligadas. La primera, en cuanto aparece, generalmente disminuye cualquier tipo de interés y excitación. Con frecuencia hace lo mismo con el impulso sexual.

Muchas veces la persona que se siente avergonzada se retirará de una posible interacción sexual por causa de esta emoción. Sin embargo, en ocasiones, las personas apenadas sexualmente pueden convertirse en compulsivas en el afán de intentar reducir los malos sentimientos acerca de sí mismas, señala inteligencia-emocional.org