viernes, 8 de octubre de 2010

Experiencias sexuales que no deben faltar en tu cama


Probar estas prácticas reanimará tus relaciones de pareja y los divertirá a ambos. Probar dulces y alimentos en el cuerpo del otro es una de ellas. ¡Descúbrelas!

Siempre estamos buscando nuevas cosas en materia sexual, es verdad. Pero hay tanta información, tanto se ha dicho, que en verdad, ¿cuáles serían las experiencias sexuales que toda pareja debería probar al menos una vez en su vida para renovar el fuego?

Hoy me he dado a la tarea de enumerar aquellas que deberían contarse en la vida sexual de pareja al menos una vez, sobre todo cuando ambos necesitan nuevas emociones.

Sé que muchos no estarán de acuerdo, pero los más no me dejarán mentir: lo han pensado o imaginado alguna vez. Es una fantasía recurrente o, si lo practicaron una vez, no han podido olvidarlo. ¿Por qué no hacer de ellas prácticas comunes para que el termómetro de la alcoba llegue a mil? Aquí mi selección. ¿Cuáles serían las suyas?

Sexo gastronómico:
Beber o comer del cuerpo de tu hombre no tiene precio. A ellos (aunque son menos inspirados y tienen menos ideas) les encanta también. Investiguen, abran el refrigerador o la alacena y jueguen. Chocolate, fresas, chantilly, miel y hasta sushi se puede comer en el cuerpo del otro.

Sexo en público:
Llevarlo a cabo al menos una vez dará cierto picante y travesura a la relación. Hay que tomar consideraciones en función del sitio, pero imaginen todos los lugares como un posible escenario para llevar a cabo el sexo más atrevido: alberca, playa, elevador, cine, escaleras, pasillos, etc.

Sexo tántrico:
Si se lee antes y se sabe practicar bien, es una de las experiencias por las que tu vida sexual debería pasar algún día. Imagina una intensa relación sexual por horas y horas. Y ocurre de todo: intensidad en el orgasmo, disfrute del amor y de la relación de pareja, comunicación con el otro llevada a un nivel superior y ciertos toques de misticismo en la rutina sexual.

Tríos:
Los tríos no están hechos para cualquiera, ni cualquiera para los tríos. Hay que aplicar ciertas reglas antes de llegar al convenio de realizarlo (si es con una pareja estable y de tiempo, por ejemplo) y cumplirlas a cabalidad. Si hay apertura en la pareja, entonces puede tratarse de una experiencia diferente, fascinante y divertida siempre que se tomen las cosas como son: sexo y nada más.

Swinger:
Ocurre casi lo mismo que en los tríos, sin embargo aquí aplican las reglas de las propias organizaciones o fiestas swinger. Si se habla y se lleva a cabo con amor, el sexo swinger puede proporcionar nuevos ímpetus sexuales a la pareja. No significa que el amor ha terminado, sino que por ese mismo amor de pareja es que se busca un nuevo horizonte sexual.

Muebles sexuales:
No estoy hablando aquí de juguetes, sino de muebles sexuales o para jugar. Existen ya en el mercado muchos que están destinados para tener más y mejores posiciones sexuales en la comodidad de la sala del hogar: columpios para practicar una intensa penetración, etc. Usar la cartera para comprar cualquiera de ellos será toda una inversión para la relación y el sexo.

Videos caseros:
Con las debidas reglas y la suficiente comunicación, la realización de un video erótico casero es de lo más divertido. La pareja comienza a divertirse y a entrar en otra dinámica del juego sexual desde antes de realizarlo, al pensar en cómo y qué querrían ver. Luego, durante la realización y más tarde cuando lo miran y se excitan mirándose a sí mismos. Un juego que puede durar mucho tiempo y con bastantes beneficios. Si ven que su pareja comienza a caer en la monotonía sexual, de pronto lancen la pregunta ¿Te gustaría que hiciéramos un video porno?...